El tema de las adopciones fue incorporado al Programa Todos por el Reencuentro desde el 2007, cuando el equipo de ese entonces llegó a una pregunta fundamental: ¿Qué pasaba con todos esos niños que por diferentes circunstancias desaparecían de sus comunidades y ya no volvían con su familia?, se incluyó entonces una línea de investigacioón documental, en donde se solicitó el permiso a diversas instituciones estatales la revisión de archivos. Por un tiempo la Secretaría de Bienestar Social autorizó de forma muy precaria y límitada esa investigación. 

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De esa acción se tuvieron acceso a documentos que retrataban como operaban las adopciones en Guatemala, muchos de los niños dados en adopción eran la consecuencia del Conflicto Armado Interno, quienes aprovecharon ese contexto, fueron formando redes de tráfico de niños con conexiones a diferentes partes del mundo que poco a poco se fueron haciendo más grandes y complejas.

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Treinta años después (en promedio), esos niños ya convertidos en adultos, empezaron a preguntarse ¿Cuál es su orígen? y es así como la adopción por medio del tráfico de menores fue visibilizada y reconocida en Guatemala.

 

Desde el Programa, hemos dedicado un tiempo en analizar el fenómeno, así como esos procesos mentales y sociales que atraviesan los adoptados así como en estructurar una metodología de acompañamiento, búsqueda y reencuentro ya que a diferencia de las desapariciones por causas de la guerra las cuales son públicas, la familia y la comunidad saben quienes hacen falta, en las adopciones hay elementos de secretos, culpa, miedo y vergüenza en las familias, pero especialmente en las madres, hay que trabajar con mucho cuidado, para no revictimizar a las familias.

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